jueves, 25 de junio de 2020

El recuerdo de Argentina campeón del mundo en 1978

Hace 42 años, el fútbol argentino llegaba a la cúspide por primera vez en su historia. Sitio al que sólo regresó en 1986. Después, cosechó una frustración tras otra. Por eso el recuerdo del Mundial 78 y de sus héroes deportivos permanece tan vívido en las retinas y en la memoria.


En aquel 25 de junio de 1978, el seleccionado de César Luis Menotti ingresó al césped de un Monumental colmado como nunca con la convicción de que esta Copa no se le podía escapar. A pesar del frío, a pesar de los nervios y a pesar de tener que enfrentar nada menos que a la poderosa “Naranja mecánica” holandesa.
Hacía rato que el fútbol sudamericano brillaba en manos de Brasil, Argentina y, en menor medida, Uruguay. Pero fue recién en la Copa del Mundo de 1978 cuando el seleccionado nacional , sacando máximo provecho de la localía, se graduó de “grande” y consiguió la gloria que estaba buscando desde 1930.
Porque no es habitual conseguir un logro de esa envergadura, más allá de las circunstancias políticas que lo mancharon de sangre de punta a punta y lo cubrieron de oscuros nubarrones desde aquel momento hasta hoy.
De la mano de su goleador Mario Kempes, del capitán Daniel Passarella, de la seguridad de su arquero, el Pato Fillol ,y de la conducción técnica de César Luis Menotti, el seleccionado argentino se consagró campeón del mundo con un juego destacado y una personalidad arrasadora, empujado por un pueblo deseoso de festejar.





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