El Día Internacional del Trabajo Doméstico se celebra cada 22 de julio. Se declaró como tal oficialmente en 1983.
Durante el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, para reconocer la contribución de las labores de las mujeres en los hogares, actividades que siguen siendo objeto de discriminación, sobre todo desde el punto de vista económico.
En la mayor parte de los casos, el trabajo doméstico lo realizan las mujeres.
Se trata de una labor invisible, sin reconocimiento, sin pago, con jornadas muy largas, desvalorada y oculta. Y lo más contradictorio es que “ni siquiera se considera trabajo, sino una obligación casi natural de las mujeres”
Según la Encuesta Nacional sobre Uso de Tiempo (ENUT), mientras las mujeres dedican un promedio de 42.3 horas semanales a las actividades domésticas, los hombres sólo destinan 15.2 horas.
Según la misma encuesta, 87 por ciento de las mujeres y 44 por ciento de los varones se dedican a cocinar, calentar o preparar alimentos; las mujeres dedican un promedio de 9 horas y media a estas tareas cada semana, y los hombres, un promedio de tan sólo 3 horas y 12 minutos.
Las actividades de limpieza de la vivienda son efectuadas por 90 por ciento de las mujeres (que les dedican 9.3 horas a la semana, en promedio) y, en cambio, por 63 por ciento de los hombres (quienes les dedican, en promedio, 3.4 horas semanales).
El 90 por ciento de las mujeres y el 56 por ciento de los hombres realizan actividades de limpieza y cuidado de ropa y de calzado (un promedio de 5.4 horas semanales en el caso de las mujeres, 1.7 horas semanales, en el de los varones).
Las compras las realizan el 65.4 por ciento de las mujeres y el 47.5 por ciento de los hombres, en un tiempo promedio semanal de 2.7 horas y 2.3 horas, respectivamente.
En cuanto al tiempo dedicado a los hijos, las mujeres superan por 155 millones de horas al tiempo invertido por los hombres.
En la convivencia social, la recreación, el juego, la cultura, el deporte y el uso de los medios masivos de comunicación participan 13.9 por ciento de las mujeres y 18.6 por ciento de los hombres.
En muchos países el trabajo doméstico no es una variable incluida en los cálculos del producto interno bruto (PIB), pero se estima que su valor económico, en millones de pesos, equivale al 21.7 del PIB.
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