Un día de otoño de 1943 quedaba registrada bajo la patente Nº 57.892 la birome con el título: “Instrumento para escribir a punta esférica loca”, comercialmente conocida como esferográfica y más tarde con el nombre de bolígrafo.
El inventor detrás de la idea era Ladislao Biro, un inmigrante húngaro de origen judío, nacido el 29 de septiembre de 1899 en Budapest (Reino de Hungría). Biro había llegado a la Argentina por invitación del ex presidente argentino Agustín Pedro Justo, mientras estallaba la segunda guerra mundial y el nazismo imperante hacía peligrar su vida y la de su familia.
A lo largo de su vida desarrolló otros inventos, además de la birome, algunos de los cuales se han vuelto muy populares. Entre ellos se encuentran: el desodorante a bolilla, basado en el mismo principio de funcionamiento que el bolígrafo, el lavarropas automático, la caja automática de velocidades para autos, una cerradura inviolable (adoptada por la Scotland Yard), y la sustentación magnética para trenes (implementada en Japón).
No debería sorprendernos, entonces, que su cumpleaños sea una excelente excusa para festejar el día del inventor en la Argentina.
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