El 9 de junio se celebra en Argentina y en otros países de Latinoamérica el Día del Primo con el objetivo de celebrar los lazos entre los primos. El origen se remonta a la época del Imperio romano. Allí nacieron San Feliciano y San Primo, dos hermanos que fueron víctimas de la persecución del emperador Diocleciano (244-311).
San Primo y San Feliciano fueron acusados de cristianos ante los emperadores Diocleciano y Maximiano. Fueron encarcelados y luego degollados, el 9 de junio de 297 o 303. La fecha es, aún hoy, incierta y motivo de disputa entre historiadores.
Los orígenes del Día del Primo
La lejanía en el tiempo de los hechos hace que haya contradicciones o dudas sobre los sucesos realmente acontecidos que derivaron en la creación del Día del Primo. En general, hay consenso de que San Primo y San Feliciano eran oriundos de Normento, ahora Mentana, en el centro de lo que hoy es Italia.
La historia de estos hermanos trasciende el tiempo porque parecen ser los primeros mártires, de los que se tiene registro, en haber sido enterrados nuevamente dentro de las murallas de Roma. En el año 648, el papa Teodoro I trasladó los restos de ambos a la iglesia de San Stefano Rotondo, donde construyeron un altar en su honor. Los cuerpos descansan allí hasta el día de hoy.
La Capilla de los Santos Primo y Feliciano, construida por orden del papa Teodoro I, contiene mosaicos que muestra a los hermanos junto a una cruz enjoyada. No es el único lugar en el que se los homenajea. Hay representaciones de ellos en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán de la ciudad de Cabra (Córdoba, España), en la Basílica de San Marcos de Venecia (Italia) y en la Capilla Palatina de Palermo (Sicilia, Italia), entre otros.
Es en honor a uno de estos hermanos, Primo, que cada 9 de junio se celebra en la mayor parte de Latinoamérica el Día del Primo.
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