El Día Mundial del Saludo se estableció años atrás por el entusiasmo de los hermanos norteamericanos Brian y Michael McCormak, quienes formaron parte del grupo de decididos difusores de las jornadas pioneras destinadas a recuperar el saludable hábito de saludar. La propuesta de los McCormak tuvo un inmediato y masivo respaldo de educadores, políticos, intelectuales, religiosos y artistas.
El saludo es pronunciar palabras o hacer gestos de cortesía al encontrar a una persona o al despedirse de ella; es, en definitiva, un signo de educación y muestra de respeto.
Según las raíces de los pueblos, el saludo se interpreta y es de distintas maneras: tipo afectivo (entre familiares y amigos), oficial (gobernantes y autoridades) y el necesario (cuando vamos a un lugar desconocido y hay que saludar a quienes encontramos). En lo militar, el saludo es con salvas, toques de instrumentos y desfiles.
Penosamente, la costumbre de saludar reflejada en el apretón de manos, el palmoteo en la espalda, la leve inclinación de cabeza mientras se tomaba en la mano el sombrero que la protegía, etcétera, tiende a desaparecer. Ahora está de moda el beso en la mejilla, movimientos con los dedos de las manos y choques violentos antes de unirlas. De igual manera, los ¡buenos días!, ¡buenas tardes!, ¡buenas noches!, ¡hasta pronto! se cambiaron por ¡habla, loco!, ¡qué hubo, flaco!, y para despedirse, ¡nos vemos!, entre otros.
En varias naciones, cada persona que participa en esta conmemoración debe saludar a otras diez para resaltar la comunicación personal y afirmar la paz y la alegría entre los miembros de la comunidad.
Hay que impulsar que el saludo no desaparezca, a diario y cuando sea necesario, con familiares, amigos, compañeros de trabajo y desconocidos, eso afianzará la amistad y la sana convivencia.
El crecimiento de las poblaciones crea entre sus habitantes un alejamiento cada vez más acentuado. En las ciudades pequeñas todos se conocen, saben de sus virtudes y defectos, de su vida y sus acciones, comparten sus penas y alegrías, sus triunfos y derrotas. En las grandes urbes el individuo que transita por la calle es un desconocido, no sabemos quienes se cruzan en nuestro camino, en los departamentos multifamiliares, se ignora quien vive a nuestro lado, se mantiene un ambiente de indiferencia y a veces de desconfianza; en cuantas ocasiones un ser humano es asaltado, golpeado o injuriado, mientras pasan por su lado, centenares de personas que ni siquiera se detienen por temor a complicarse. Este distanciamiento de las personas también se observa entre las naciones, diferencias políticas, religiosas, económicas, llevan a la rotura diplomática, al cierre de fronteras, a conflictos y a guerras innecesarias y funestas.
Estos fueron los antecedentes que llevaron a los McCormack, a buscar “una expresión global de paz, un día en que sea posible que todas las personas en el mundo contribuyan al proceso de crear la paz” y pensaron iniciar por algo tan sencillo como es un saludo. Michael y Brian, propusieron este día en el que las gentes se saluden, sin ser conocidos, el Día Mundial del Saludo.
Parte importante de esta celebración es saludar, en esa fecha, a tantas personas desconocidas como sea posible e incluso aprender a hacerlo en distintos idiomas, un día en el que todas las personas en el mundo contribuyan al proceso de crear la paz a través de un saludo.
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